La educación del S.XXII

Hoy os quiero hablar de la enseñanza. Es un hecho que la educación no ha encontrado todavía un lugar acolchado en el que todos nos sintamos cómodos aprendiendo. Pero, ¿qué hace que el sistema educativo sea un pozo oscuro donde no se consiga hallar la luz? Creo que todos, en mayor o menor medida, conocemos la respuesta: la educación es una cuestión política. Depende de los intereses/ ideologías de quien nos represente en el ministerio de educación.
                Ángel I. Pérez Gómez, catedrático de didáctica y organización escolar de la universidad de Málaga, nos aporta grandes reflexiones y propuestas en su libro Reinventar la escuela, cambiar la mirada. En él nos dice: Las enseñanzas de la vida y las costumbres del pasado no son suficientes para afrontar los desafíos del presente y las exigencias del futuro.
Ciertamente, la política de hoy en día se ha quedado anclada en un pasado que no fue mejor. Repiten y recaen en los mismos errores porque siguen siendo aquellas mentes las que siguen haciendo propuestas. Pero, ¿y si fuésemos a los colegios y preguntásemos directamente a los alumnos? Aquellos que utilizamos como conejillos de indias para probar teorías que no son prácticas; teorías donde el objetivo no es crear una sociedad culta, sino una de borregos.
               Como alumna y profesora he ido forjando la concepción de un nuevo modelo de enseñanza. Las ideas fueron viniendo dando clases, recibiendo, viendo documentales de otros países, leyendo… hasta confeccionar por fin mi propio modelo de educación del S.XXII:
        
1.- Sustituir la asignatura de religión, ética o semejante en primaria por la de Protocolo. Cada situación requiere de un saber estar y es algo a lo que todos, independientemente de nuestra posición social, debemos tener acceso. Sustituir también la asignatura de religión en secundaria por Historia de la religión. No hay que dar prioridad a ninguna religión en particular pero es interesante saber dónde y por qué nacen las religiones.
        
2.- Cambiar ‘Educación Secundaria Obligatoria’ por ‘Enseñanza Secundaria Obligatoria’.
No es ni productivo ni tarea del profesor educar a sus alumnos, sea cual sea su nivel académico. Los padres deben educar; los profesores, enseñar. Como profesora, veo día a día cómo se pierde parte del tiempo de clase explicándole al alumno cómo debe comportarse, cuando eso es algo que ya deberían saber al salir de sus casas. Por supuesto los niños no son máquinas pero, a mi parecer, debe haber un cambio de mentalidad y dejar la educación a cargo de los padres.
        
3.- La duración de las clases será de cincuenta minutos. Los diez minutos que completan la hora están reservados al tiempo que gasta el profesor en cambiar de clase y recoger sus apuntes. Así pues, la temporización de las didácticas que confeccionan los profesores estarán enfocadas a una duración de cincuenta minutos y no de una hora.
        
4.- La mente humana es inteligente y está preparada para aprender cualquier idioma. Si hoy no somos capaces de hablar inglés es porque no está en los objetivos del departamento de educación. La asignatura de inglés en la ESO estará destinada únicamente a que los alumnos obtengan el B2 (First Certificate) una vez finalizada la etapa de secundaria. Hoy día los alumnos estudian inglés desde los tres años; es ridículo que lo estudien hasta los dieciseis y no obtengan ningún tipo de título. Propongo que los institutos hagan el examen del B2 en cuarto de la ESO, pues creo que se estudia durante suficiente tiempo como para aprobar el examen.

5.- No dividir las clases por niveles de eficiencia al igual que tampoco se hace en las universidades. Todos los alumnos dispondrán de horas semanales de despacho donde el profesor deberá atenderlos y solventar cualquier tipo de duda. No obstante, estas horas no se dedicarán a que el profesor dé clases particulares, sino a ayudar al alumno. Lo que este modelo pretende es que el alumno sea el que trabaje su enseñanza; el que se esfuerce en clase por escuchar. No sirve de nada cambiar el nivel, cuando el alumno no cambia de actitud.

6.- Las clases serán prácticas; no se cogerán apuntes. El profesor los alojará en el aula virtual y el alumno deberá leer el temario a dar antes de llegar a clase. Cambio radical: leer en casa y hacer deberes en el colegio. Las clases se dedicarán a resolver las dudas que hayan tenido al leer el temario haciendo ejercicios. En el caso de las matemáticas, por ejemplo, el profesor solo hará ejercicios, de manera que las dudas al leer el temario queden resueltas. De este modo, los ejercicios se corrigen en clase y los profesores se aseguran de que todos hagan su trabajo. En el caso de historia, más de lo mismo: Los alumnos traerían leídos los apuntes y el profesor les preguntaría sobre el temario sin que esto fuese un examen, y además, lo acompañaría con imágenes y vídeos (documentales, youtube, etc). Fuera agobios en los alumnos, son demasiado jóvenes para tener tantos quehaceres en casa. Puede parecer que el cambio no quita el tiempo que le dedican los alumnos en su casa al estudio, pero no es así, pues leer el contenido de una clase de cincuenta minutos es muy escaso.

7.- Programación didáctica establecida para conceptualizar el aprendizaje y no para temporalizar su extensión.

8.- Reducción de temario. Hay que ser coherentes, de adultos no nos acordamos ni de la mitad de lo estudiado en la ESO. No es lógico que un alumno estudie doce asignaturas a la vez.

9.- La asignatura de historia empezará en la actualidad e irá retrocediendo en el tiempo: de hoy al ayer. Esto garantiza que el alumno tenga cultura actual. En la mayoría de institutos casi nunca se llega al final del libro. La actualidad es lo que interesa a los alumnos ya que es lo que están viviendo.

10.- Se acabaron los libros en formato papel y los netbooks. Si alguien debe tener internet en clase es el profesor para poder enseñar vídeos, imágenes, artículos, etc, que sean necesarios. Opto porque todos los libros estén recogidos en formato .epub y que cada alumno disponga de un libro electrónico. Todos los apuntes alojadas en el aula virtual podrán ser descargados por los alumnos para poder estudiar y leer sin necesidad de estar conectados a internet.
Sé que las editoriales estarán totalmente en contra, pero lo que de verdad importa son los alumnos y no las empresas. Si realmente queremos eliminar las mochilas y hacer más eficientes nuestras aulas, no hay que poner barreras empresariales.

Anabel Gil Cabrera

Enlaces de interés:

Ángel I. Pérez Gómez
Ángel I. Pérez Gómez 2
Salvados, cuestión de educación
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4 pensamientos en “La educación del S.XXII

  1. Interesante decálogo para intentar remediar el desastre formativo y cultural que no has tocado vivir en la enseñanza por la inepcia de políticos metidos a pedagogos, aquel esclavo que en Grecia conducia a los niños al colegio, y hoy a la estultucia. También tienen su parte alicuota de culpa la pésima cualifiación profesional y baja catadura moral de algunos docentes. De los diez puntos que se proponen, a mi entender, algunos podrían servir, en parte, para paliar el desaguisado; otros, por contra, son ocurrencias de progre. Se le olvidó, incluir la restauración del principio de autoridad del maestro –mejor que profesor– mancillado por el relativismo moral que campea por esas escombreras educativas llamadas colegios.

    Saludos.

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